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martes

Ciencia versus FE. Ahora, es posible

No deja de sorprender una leída a esta "mirada reconstructiva", algo más que una simple crítica, una definitiva y real "verdad inconveniente"

Una nueva forma de entender la ciencia
…una mirada reconstructiva ©
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La forma en que nuestra sociedad genera conocimientos oficiales es la ciencia. Si bien ella nos ha traído múltiples bondades en lo tecnológico, en conocimientos y en respuestas acerca de muchas cosas, no es menos cierto que también a sido fuente de al menos, 3 temas a tener en cuenta: ateísmo, el pensamiento físico-materialista, y por supuesto el rechazo y negación de todo lo que sea espíritu, algo no menos relevante para muchos cuando se trata de temas sensibles, como Dios y de su existencia e incumbencia en nuestras decisiones.
Por ello, empecemos haciendo dos observaciones que provienen del gran científico Albert Einstein,  tal vez el más brillante del siglo pasado, el cual nos dejo 2 grandes ideas que se pueden expresar así:
1.    No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”.
La otra gran idea, con la que se partirá, puede decirse así:
2.    En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
            Pues bien, recordemos la crisis de hoy que no podemos saldarla pensando de igual manera a como hemos pensado hasta hoy, porque:
1.    ¿Quién no ha pasado por la Universidad y termina dudando y cuestionándolo todo, en especial si se trata de “religión”, debido a estudiar el método y filosofía de la ciencia?
2.    Además, ¿Quien no ha creído, al menos por un momento -tras estudiar ciencia y otros conocimientos en la Universidad-, que en efecto sí se puede cuestionar todo y creer lo que se antoje, sin mayores límites ni responsabilidad?
3.    En definitiva, ¿Quién, al menos un poco, no ha caído en el relativismo, ateísmo y orgullo intelectual? y al punto de que esto último lleva al estudiante muchas veces a dar por cierto sólo aquello que le parece bien a su criterio personal, y al mismo tiempo, nada le es cierto y todo es, insisto, cuestionable.
Sí, es cierto: “Si quieres conocer cual es el árbol del que estamos hablando, fíjate en sus frutos”, es decir y dicho más concretamente: por los frutos y resultados, podemos ver la acción y la intención de pensar de esa manera; siendo así las cosas, usemos nuestros derechos y nuestro legado intelectual de Einstein: imaginación y derecho a pensar mejor las cosas (es decir: imaginación y crítica) ¡sí! y además usemos este legado en este mismo momento, para pensar diferente  ha como usualmente se nos enseña… para que así, tengamos unas cuantas críticas frescas y por supuesto la anhelada mirada reconstructiva.
Mucho cuidado: no en vano se dice que “la teoría aguanta tanto como aguante el criterio -o falta de criterio- de la persona que piensa”, por ello, es necesario pensar con una mente centrada, imparcial, “criteriosa” y por supuesto, poco teórica y mas bien realista, es decir, “con los pies bien puestos en la tierra”, o aún mejor, en la realidad de las cosas, porque  en efecto, lo peor es cerrarse a ver las cosas arbitrariamente no por tener razones porque mas que mal, hay razones para creer lo que se desee, sino por falta de eso que tanto se alega hoy: apertura mental, con pluralismo y tolerancia.
Por cierto, lo último: es un mito eso de tener excelentes razones para creer algo, “…y tu por el contrario, simple fe para creer lo que no tiene razones”: al final se puede –si se quiere- dudar de todo. Lo que sí es más juicioso y criterioso es reconocer que, frente a ciertas evidencias y aclaraciones (razones) no podemos seguir ignorando la verdad.

Primer punto: la probabilidad de ser científica la respuesta científica.
 El hijo de 7 años le pregunta a su papá científico, tras visitar una feria de tecnología:
“¿Cuál habrá sido el proceso evolutivo, espontáneo y al azar por el cual se hizo sola toda esta tecnología?
Es decir, ¿Qué acontecimientos, al ocurrir uno tras otro, hicieron posibles las condiciones para que se formase –insisto, por si sola- esta tecnología tan avanzada?”

Las preguntas, sin duda son extrañas, pues es evidente que aunque el hijo de este científico no vio a nadie haciendo “in situ” la tecnología de esa feria de tecnología, es obvio que la tecnología actual no es producto de la casualidad, no hay probabilidad de que las cosas se hagan por si solas, sin intervención. Esto tiene gran peso porque, para producir algo material -lo que sea- se necesita de al menos 4 cosas:
(Mucho cuidado con esta observación)
-       Por un lado, de la materia prima con la que se pueden fabricar los elementos.
-       Por otro lado, de mano de obra para hacer la tecnología con los materiales que se disponen.
-       También se necesitan instrumentos para realizar labores específicas y difíciles.
-       Y por supuesto también se necesita de la inteligencia de personas que voluntariamente y gracias a su inventiva sean capaces de concebir y progresar hacia cosas más modernas.
Así, es imposible que la tecnología de esa feria se produzca de la nada, por procesos que vienen del azar ¿verdad? (Note que hasta el momento, hemos usado un pensamiento estrictamente científico y lógico), ¡sí!, lo sabemos, y hasta acá todo esto suena muy obvio, pero apliquemos ahora lo que muchos ya seguramente intuyen: esta misma obvia y lógica observación a la naturaleza… pero antes de esto, por favor, use su mente al más puro estilo “detective”, que descubre y da cuenta de algo: eleve su nivel de pensamiento (como decía Einstein), y no piense con orgullo intelectual y dureza: abrase a ver desde una nueva perspectiva con la condición de no adelantarse a las conclusiones; veamos:
En primer lugar, debemos ser muy sinceros y preguntarnos: ¿Cuál es la probabilidad real de que la brillante tecnología natural que podemos apreciar en la “naturaleza” se halla creado por azar?, ¿Es sensato –científico- dar siquiera una posibilidad entre trillones a que una sucesión de hechos al azar, den las condiciones necesarias para que suceda el milagro de la vida?, ¿Puede la naturaleza que todos conocemos -brillante, compleja, equilibrada, preciosa- nacer por accidente y más aún, de la nada?
El caso es exactamente igual que el de las preguntas del hijo del Sr. Científico, pues sencillamente es imposible que la naturaleza sea producto del azar… lo sabemos, pero no hemos sabido distinguir que implican estas ideas: la imposibilidad de que exista una evolución y origen al azar de la vida, porque nadie en su sano juicio creerá que la  tecnología se hace sola, a sí misma, la tecnología no surge espontáneamente, y asimismo tampoco la vida.
Krieg y Hoyle tiene una cita en el texto de Roberto Opazo “el hombre y el conocimiento del hombre”, del libro “Integración en psicoterapia”, 1992, donde se menciona lo siguiente:
“...Las condiciones en que la vida aparecería son tan complejas que necesitarían... un milagro”  Y luego, se agrega:
“Suponer que una célula
surgió por la combinación azarosa  de reacciones químicas en un ambiente hostil, es como suponer que un Boeing 747
surgió producto del paso de un tornado
por sobre un depósito de chatarra…”
¿Será acaso posible, sensato y científico creer que, luego de que un tornado pase por sobre un montón de chatarra, eso origine un avión o cualquier otra clase de tecnología por un lento proceso evolutivo?, parece ser mas bien un cuento para niños, como la cigüeña o el viejo pascuero, ¿podemos aceptar la teoría de que todo, incluyéndonos, es producto de un origen azaroso y sin cálculo alguno de una evolución sin intervención de nadie –como un tornado-? (Suena como que aquello que creo todo fue un accidente tan espectacularmente perfecto que logró, en resumen, crear tecnología y con vida… pero ¿es posible, serio, sensato pensar así?) Finalmente, ¿Será entonces posible que todo empiece de un Big-Bang, y luego la vida tenga la suerte de tener una millonaria evolución tan perfectamente sincronizada como lo es por azar, y de manera impersonal, con tan brillante resultado...?

El problema generado desde la ciencia tradicional que revela este primer punto llamado “la probabilidad de ser científica la respuesta científica” es que si alguien dice ¡SI!, ¡somos evolución espontánea! ¡Fruto del azar y del caos! este hermoso “SI”  típico de ateos materialistas, se traduce en lo siguiente:
-       Existimos solamente gracias a “materiales” –aunque al principio ni eso había según la misma ciencia y su explicación del Big- Bang.
-       Existimos, pero sin mano de obra, porque nadie hizo nada: los materiales se “auto construyeron” u ordenaron.
-       Todo existe sin herramientas, porque nadie uso nada.
-       Existimos sin una persona con inteligencia, voluntad, poder e inventiva para hacernos...
-       Y añado: existimos sin razón, porque sí, como un accidente, y por ende sin propósito trascendente ni razón a nuestra existencia. (esto último desde un punto de vista más “científico- filosófico”)
Todo lo ya dicho se puede resumir metafóricamente así:
“Se construyó una casa poniendo materiales en una  gigantesca retroexcavadora y luego tiramos en reiteradas veces los materiales, y así surgió la casa”… ¿creería y daría un “SÍ”? -Esperemos una evolución de millones de años para que la casa en sí tenga vida–

La verdad sea dicha: hay un serio problema de probabilidades y desde un punto de vista serio y científico, no con una mirada religiosa: pero dejemos de pensar en lo inadmisible, porque sencillamente es injusto siquiera dar cabida a que en efecto, las cosas y aún nosotros somos un producto accidental de la nada, existiendo porque sí, por peripecia, por evolución, y peor: no hay un propósito excepto lo que se elija artificialmente para rellenar ese vacío y sin sentido de una vida por azar, y por ende, sin propósito ¡eso si es injusto y anti-científico!. El siguiente punto, esclarece más el tema de la ciencia y trae más consecuencias de lo que Ud. imagina…

Segundo punto: Ciegos del todo por el método y por su cosmovisión.
Los científicos en general tienen un criterio de aceptación, un método de estudio, y una visión de toda la realidad que existe, es decir, cosmovisión, centrada de antemano sólo en el aspecto físico, esto significa que se acepta únicamente aquello que es demostrable por medio de los sentidos físicos o del cuerpo, a esto se le llama un criterio empírico, y en pocas palabras, entendemos por criterio de aceptación y ancla referencial centrada sólo en lo físico o empírico, el hecho que sólo aquello que es controlable y demostrable materialmente es tratado como real, posible y aún verdadero: no se admite ni se infiere sino sólo a partir de los sentidos del cuerpo.
Esto, junto con la manera de pensar que explica reduciendo los hechos de toda índole en simples procesos físicos, algo que se llama generalmente “materialismo reduccionista”, y que por supuesto, excluye a priori  todo lo espiritual, por no tener cabida –obviamente- en una demostración material… ¿se imagina ya porque esto ciega a las personas en su visión de las cosas? es sencillo: toda la lógica del como ocurrieron las cosas debe ir de acuerdo a este criterio materialista, cerrándose anticipadamente a explicar de otra manera las cosas, dejando fuera arbitrariamente todo lo que sea Espíritu (por ejemplo: la existencia del Espíritu, del alma, del amor, de todo lo que sea metafísico, de Dios y su intervención divina en la creación) y dejándose una visión de todas, absolutamente TODAS las cosas, explicables sólo con causas físicas y ¡taraaaaán! así es como generamos nuestras respuestas materialistas, ateas, consistentes a nuestro “criterio” y más aún llamado “científico” con un estatus muy elevado y serio… y mucho OJO: la gran limitación que de antemano a introducido a nuestra visión de la realidad, induce por décadas a la muy consistente forma de pensarlo todo con una explicación “sensata” desde la ciencia, y de aquí surgen errores -y horrores- porque por cierto, esto tiene fuertes repercusiones en toda clase de temas…
¿Por qué se cree en el Big- Bang? Porque se deduce del hecho que el Universo está en expansión, que todo estaba “junto” al principio y eso explotó creándose todo azarosa y evolutivamente, como se supone que no había nada al comienzo, la única respuesta posible al pensar materialistamente y más aún con esta extraña lógica científica, ¿por qué se cree en la evolución de la vida desde la célula hasta los organismos que hoy nos rodean? sencillo: esa es la respuesta lógica del método cerrado de antemano a lo espiritual, tanto en forma de investigación como en su visión de lo que puede ser y lo que no puede ser en la realidad, cuando se necesita responder por nuestros orígenes: se supone sólo existía un medio ambiente hostil (el planeta tierra al principio, cuando aún no había vida… se supone), y se cree que luego todo partió lentamente desde células muy primitivas, y ¿después que? obviamente, eso evoluciono paulatinamente hasta la vida que hoy se conoce… no cabe otra explicación con estos lentes materialistas, que miden la realidad y la explican con razones y criterio mas aún de estatus “científico” que sólo considera la evidencia material, y de esta manera se construyen nuestros conocimientos tan ampliamente difundidos en programas culturales de televisión, documentales, Universidades, Colegios, etc… y todo es fruto de ese paradigma, que tiene un método hacinado en lo material tanto para pensar como para ver las cosas.
Esto explica mucho del encierro mental que nos conduce al ateísmo, materialismo, orgullo intelectual, y al profundo sin sentido de las cosas (porque no vemos la esencia de las cosas, sino sólo… describimos. Lo que aparece ante los ojos no es comprendido, sino solo descrito, pues así lo limita la manera científica de hacer conocimiento) y en fin, queda claro el porqué de nuestro conocimiento popular científico con su difundida manera de pensar que impide a las personas darnos cuenta de la naturaleza espiritual (esencia) de las cosas, y por lo tanto tener fe, creer en lo que viene del Espíritu, y nos impide creer en otras explicaciones mucho más completas y posibles acerca de temas relevantes (pronto se mencionarán estos temas) llenándonos de consistencia mental material, científica…  algo muy común en las Universidades.
¡Mucho cuidado!: por esta razón el método de estudio científico se encierra de antemano a no ver la intervención de un creador y sólo puede ver, sin excepción y de antemano, la obra del creador, y la da a conocer sólo descriptivamente… no puede hacer nada más, está condenada al encierro de ver sólo esta fracción de la realidad… y a interpretar así los hechos mismos: todo se reduce a los procesos descritos.
Finalmente, todo lo explicado tiene consecuencias en la manera de interpretar la realidad del como son las cosas (que es nuestro punto Nº 3) Un precioso adelanto: ¿Como explicamos el fenómeno de la vida? desde el punto de vista científico, la vida es simplemente interacción molecular, cuando en realidad, el fenómeno de la vida es un soplo o aliento de vida Espiritual que origina y sostiene esa interacción molecular… pero la ciencia sólo ve lo físico, se cierra y encierra de antemano en ver sólo eso y nada más, por lo que al observar interacción molecular, cataloga la visión espiritual -de que la vida es un soplo de Dios- en mitos, prejuicios sociales, respuestas anti-científicas y aún tabúes religiosos… (¡cuek!)
Así, podemos darnos cuenta de cómo se reduce (reduccionismo científico) la realidad y como se examina arbitrariamente sus temas más importantes, en especial cuando se trata de algo más que meras cosas materiales. Es una obligación para todos nosotros, personas del siglo 21, estar plenamente conscientes de los límites de la ciencia en temas tan importantes.

Tercer punto: Consecuencias de la interpretación de la realidad por parte de la ciencia.
            Siendo muy realistas, como seguramente Ud. sabe a partir de lo ya expuesto, la ciencia es la herramienta oficial para generar conocimiento universalmente válido, y las personas de ciencia en general no son neutrales: basta con preguntar a la gente positivista, a la mayoría de los profesores y alumnos en las Universidades si creen que el hombre es algo más que biología o si creen en Dios, y en especial a aquellos que hacen filosofía desde la ciencia. Por tanto, teniendo en cuenta todo lo explicado hasta el momento, debe considerarse la ciencia como apta solamente para cosas materiales, y toda las conclusiones y filosofías sacadas desde este punto de vista acerca de nuestros orígenes del hombre, del Universo, y la explicación del porque existimos, de donde somos, para donde vamos, la fe, tiene una respuesta científica limitada y se ha reducido ya que no se estudio con los parámetros, métodos, ni anclas referenciales adecuados.
¿Que se enseña en las Universidades?: descendemos del mono, del azar y el caos, la vida es un accidente, no hay mayor sentido al “de donde vengo, quien soy, para donde voy”, no hay nada más allá de la muerte, por ende, existencialismo ateo, amor= conexión neuronal (“te amo con todo mi corazón” se transforma en “te amo con todo mi cerebro”) y por supuesto las religiones son para personas débiles mentalmente, pues son mitos o leyendas imposibles de creer porque “no son científicas”; y en la búsqueda de una verdad, de una respuesta, el hombre genera tantas respuestas que se produce un absurdo y confuso supermercado de ideas donde cada cual vela y adquiere lo que más le acomoda... en este supermercado de ideas, no elegimos necesariamente lo que es conveniente, sino aquello que nos interesa, ¡no importa si caemos en un individualismo y una indiferencia que mata y engaña!... el sin sentido de “busca tu propia verdad”, es entender que la verdad es según el gusto personal y propio, y podemos dar miles de versiones, diferentes, independientes, excluyentes, y siempre esta bien, no importa el caótico resultado: cada cual con lo que le acomode y parezca… individualistamente siempre, sin importar nada excepto “yo”… …¿Por qué entonces tantas personas enredadas en pensamientos tan confusos y difíciles de aclarar?, ¿Cómo es posible tanta falta de respuestas?, ¿Por qué no nos encontramos, no nos entendemos?, ¿Por qué tanta soledad e incomprensión?, y sobre todo, al final de cuentas ¿Dónde está la verdad, y Dios, si es que existe?...
Ahora bien, el planeta tierra tiene una inclinación de 23,4 grados... los científicos se preguntan ¿por qué tiene esa inclinación? Su respuesta: “porque así es posible que haya vida en la tierra, esa inclinación permite muchas cosas, entre ellas, las estaciones”: eso es cierto, pues la inclinación del planeta, si variase sólo un poco, no permitiría la vida, pero esa respuesta no es el porque... es el para que... lo que nos ha dado la ciencia como respuesta hasta hoy, no es el porque final y último, el verdadera razón, la causa, el origen de las cosas el cual no es debido a su función, porque esto es el para que; todo existe por una razón que va mas allá de un simple objetivo de funcionar porque sí y punto: Lo que vemos, ateniéndonos a los hechos de manera “seca” como se hace hasta hoy, nos da como respuesta un “para que”, pero la pregunta es: ¿Porqué existe esa inclinación exacta, maravillosa?, y por cierto ¿Porqué la existencia del planeta entero?
Otro ejemplo: ¿Por qué tenemos hígado?, “porque necesitamos limpiar el organismo de ciertas sustancias de nuestro cuerpo...” eso es un error, ese es el para qué, no el porqué,  la razón última y real, el porqué esta en alguien con “la creatividad, el poder, los materiales, la voluntad y las herramientas, etc.” para hacer con tanta perfección, es decir, la pregunta “¿por que?” tan buscada por la ciencia A TODO en su búsqueda de la verdad no se encuentra con las limitaciones ya explicadas, y requiere empezar a darse cuenta de verdad en observaciones más profundas: un Dios todopoderoso nos creo así, y esto es extensivo a toda clase de indagaciones y preguntas en la creación... no podemos desviar nuestra atención a la pregunta respondiendo con un “para que”, el punto es: hemos estudiado todo lo que nos rodea, aún nosotros mismos, con un método de estudio que no ve lo espiritual, ni sabe filosofar o pensar incluyendo esta dimensión, esto no se puede desde un punto de vista que necesita evidencia sensorial, empírica, tangible, y podemos como se hace hasta ahora estudiar y descubrir maravilla tras maravilla, pero no adjudicárselo a nadie sólo porque nuestro método lo ha impedido, y nuestra mente se ha acostumbrado a creer y sobre todo pensar materialistamente, aún teniendo en cuenta que es absolutamente imposible que las cosas se den de la nada, o abrir nuestra mente y darnos cuenta de los errores ya explicados.
Las maravillas del mundo, NO existen “porque si” o “por un propósito de funcionar” sin más, al contrario, develan a alguien creando con un propósito: esto es lo que verdaderamente llenará nuestro “sin sentido”.
Un último ejemplo: “Si un hombre habla con Dios, está orando, pero si Dios habla a ese hombre, el hombre en cuestión tiene esquizofrenia”… esta clásica frase de un hecho común en la Biblia, ocurrido a Noé, Abraham, José, Moisés, los apóstoles Pablo, Pedro, Juan, etc. nos habla que dentro de esta misma lógica científica (bastante reduccionista por lo demás, es decir, que simplifica y achica la dimensión, peso y trascendencia real de las cosas), muchas veces se acuña enfermedad donde bien hay espiritualidad, en este caso, se acusa enfermedad desde la psiquiatría. ¿Qué es el amor?, con la lógica científica nuevamente simplista que se describe: una conexión neuronal, en cierta parte del cerebro, que gatilla una reacción bioquímica similar a comer gran cantidad de chocolates, porque damas y caballeros, esto es lo que solamente alcanza a ver la ciencia, pero en realidad se trata de algo diferente: del más importante y hermoso fruto del Espíritu, que nos llena de sentido y nos realiza como personas.
La respuesta no está en la ciencia ni en ninguna filosofía o religión, nunca estuvo ni estará excepto una y otra vez, diferentes formas de pensar, “comprobar” o creer que no  nos conducen a nada real y verdadero, que no solucionan nada, pues todo finalmente son sólo respuestas humanas, y es un hecho: es más fácil creer y confundirse en que no hay verdad, que no hay valores o una fe verdadera a que sí al hay. Pareciera que nos gustan los enredos, en lugar de las soluciones.
Pronto, habrá en este espacio más respuestas aclaratorias para el pensamiento actual, porque la respuesta, como siempre, está en aquel “Espíritu Todo Poderoso existente por sí mismo”. Jesucristo la lleva.

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